LA INCOMPARABLE Y MARAVILLOSA SENSACIÓN DE CAMBIAR
La primera etapa de seis meses de natación se pasó volando, después tuve que hacer un descanso de cuatro meses, ya que empecé a trabajar y no podía compaginarlo, no obstante eso, nunca dejé de nadar, ahora era yo la que le enseñaba a mi marido, jaja así que cuando íbamos a la playa, en mi bolso siempre ocupaban su espacio el gorro y las gafas! B-)
Después de éste pequeño paréntesis volví aún si cabe con más ganas! :) y unos meses más tarde, mi querida amiga y compañera de piscina Sonia Nuez, nos propuso participar en una travesía a nado de 1300 metros que se realizaba por las fiestas de San Juan en la playa de Las Canteras, en ese momento me pareció una locura, yo llevaba unos ocho meses nadando en la piscina pero me daba mucho miedo el mar, (claro, que ya había nadado antes! pero pegadita a la orilla)... :s siempre he tenido auténtica fobia a la profundidad del mar, a la fauna marina que supere el tamaño de un palmo y sobre todo a las corrientes, pero muy pronto, no sé ni cómo, me vi entrenando en la playa los fines de semana....
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| Mariola, Sonia y yo |
Mi cuerpo y mi mente estaban cambiando a una velocidad de vértigo, me sentía sana, fuerte, capaz de superarlo todo, había aumentado la seguridad en mí misma y esa lucha que me demostraba a mi misma tener en el deporte, se reflejaba también en mi día a día, el miedo seguía existiendo sí, pero ahora podía convivir con él de otra forma....con más valor!, ¡qué orgullosa me siento de mi!, ¡cuánto bien me has hecho querido deporte!. Esto es en resumidas cuentas lo que una siente cuando se da cuenta de que el cambio ha llegado a su vida, y que ya no volverá a ser la misma! Una sensación maravillosa e incomparable!